¿Alguna vez pensaste por qué un bostezo puede llegar a ser tan contagioso? ¿Por qué podemos involucrarnos tanto viendo una película de acción o amor hasta llegar al punto de sentirnos adentro de ella? ¿Sabías que todo esto tiene una explicación? ¿Sabías que el responsable de todo esto son las neuronas espejo? y ¿sabias que juegan un papel muy importante en la educación?
Descubrimiento de las neuronas espejo
A principios de los 90, el neurocientífico italiano Giacomo Rizzolatti llevó a cabo varios experimentos con monos del género Macaco con los cuales se proponía conocer más sobre las neuronas motoras. Accidentalmente, se descubrió que estas neuronas se activaban no solo en el momento en el cual el animal ejecutaba o planificaba un movimiento, sino también al presenciar ese mismo movimiento en otro macaco. Es decir que la actividad neuronal se verifica contemporáneamente en los dos sujetos.
Rizzolatti verificó que, gracias a la activación de estas neuronas, el observador es capaz de sentir, pensar e intuir los movimientos y acciones de la persona que tiene delante de sí.
A través de la activación de las neuronas, tu acción se convierte en mi acción; de cierta manera, nos volvemos espejo de los demás. Se manifiesta la empatía, que nos permite ponernos en los zapatos del otro. Este fascinante descubrimiento ha tenido un enorme impacto en muchas disciplinas y la educación por supuesto no ha sido la excepción.
Las neuronas espejo en la educación
Al hablar de educación, por otra parte, es inevitable recordar que una de las causas principales de los “fracasos” en los procesos de aprendizaje es la deserción. ¿Dónde encontrar las causas de estos abandonos? Es un hecho que la falta de empatía y comprensión en los procesos de formación alejan y desmoralizan a millones de estudiantes en el mundo. ¿Qué tal si diéramos cada vez más importancia a la comunicación y comunión que se puede generar a través de las neuronas espejo? No tengo dudas que obtendríamos mejores resultados.
Si el sistema educativo priorizara en prácticas y metodologías más empáticas, inmediatamente cambiaria el ambiente de clase: en las aulas tendríamos no solo estudiantes más motivados sino que serían más proactivos.
Así, en un ambiente renovado y más entusiasta, los estudiantes aprenderán más y más rápido, la curiosidad será permanente y buscarán siempre satisfacerla de la mano de su profesor con quien formarán una relación de compañerismo, superando así los viejos esquemas de jerarquías. De esta manera, como lo señalábamos antes, alejaríamos la deserción que tanto daño hace a nuestra sociedad.
En domu nuestros profesores son parte de nuestra propuesta de valor, por lo que nos enfocamos en trabajar con profesores que entiendan la importancia de la empatía y la comprensión en los procesos de aprendizaje de idiomas y logren por medio de la transmisión de estas características la mejor recepción por parte de los estudiantes y del mismo modo los mejores resultados.